Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan ¿A quién pertenece el regalo?
Lo mismo sucede para la envidia, la rabia y los insultos; cuando no los aceptas continúan perteneciendo a quien los lleva consigo.
Depende de ti: No permitas que la gente te lleve a su tormenta. Mejor atráela hacia tu paz.
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